Cuando reinan las tinieblas y algo maligno avizora se recurre a un beato enigmático, patrón de pueblos y ciudades , vencedor del dragón y salvador de la doncella. Eduardo M. Torner (Lírica hispánica) toma de Leite de Vasconcellos (Tradições… p. 298) otras nanas con dicho personaje (Martínez Torner, p. 156). En Marruecos son los “yernún“ los entes represores infantiles. En América, en el ambiente de la negritud, el coco es el “diablo blanco”.
Torre de marfil es uno de los epítetos de la Virgen María; en la tradición cristiana representa la noble pureza; el epíteto fue incluido en la letanía de la Muy santa Virgen María que actualmente se prosigue rezando a lo largo de la misa. La bendición asimismo puede consistir en encomendar el sueño del bebé a una potestad cristiana, quien puede custodiarlo desde su cabecera y resguardarlo mientras duerme; en un caso así, hablamos de la Virgen del Antídoto, patrona de Alicante, a quien se le asigna el milagro de terminar con la epidemia que en 1647 diezmaba al reino de Valencia. Pedro C. Cerrilo anota sobre esto que, debido a que las arrulladoras tratan de resguardar al crío y a sí mismas del miedo, es notable la invocación de individuos de la tradición religiosa como la Virgen, el Ángel de la guarda, San Juan, Santa Ana, San Pedro, San Vicente y Santa Isabel, tal como de animales y elementos de la naturaleza .
Cancionero Villancicos Pág 1
Federico García Lorca asegura que el “coco” forma parte del mundo infantil lleno de figuras sin dibujar, y su fuerza mágica es su “desdibujo”. “El cuarto obscuro es el infierno poblado por la fantasía con todo tipo de cocos. En él el niño se tapa los ojos y se vuelve contra la pared a fin de que el coco no le vea. Y ni aun de este modo deja el niño de verle, esto es, ni aun así deja el Coco de ver al niño. Más claro le ve cuanto más obscuro está” (Unamuno, 1998, p. 50).
Ahora puedes ajustar el nombre de un tablero de recortes para guardar tus recortes. La utilización de hojas volanderas o sueltas para difundir noticias, hechos, historias fabulosas, canciones de moda, romances viejos y un largo etcétera de temas, es casi tan antiguo como la imprenta. Aun, en ocasiones, se rechaza la presencia del coco y se requiere algo más alegre para dormir al rorro, como ponen de manifiesto estos versos. En la Toscana la “Nanna oh” introduce semas de negrura y nocturnidad al señalar la figura del hombre negro y de la hechicera como entes asustadores de los infantes. “el primer principio sobrenatural que en nuestra conciencia arraigó fue, ya que, un principio malo, tenebroso y amenazador, cuya aparición recuerda el timor fecit deos de Estacio.
Coro De Progenitores Y Mamás Contablas Cancionero Coro De Padres Y Mamás Contablas
Canten, pajaritos, con bastante contento; diviertan al Niño en su nacimiento. Los gallos cantaron, las aves salieron; árboles y plantas allí florecieron. A la rorro, Niño, a la rorro ro, te ofrezco mi vida y mi corazón.
El infierno treme, y el demonio llora, al notar que ha nacido el rey de la gloria. Señora Santa Ana, prevén los pañales, que el Niño ha nacido entre los cristales. Señora Santa Ana, prevén los manteles, que el Niño nació entre los lauros. Santa Margarita, carita de luna, méceme a este Niño que tengo en la cuna; que debo hacer, bordar y coser una camisita que le he de poner. Corran, borreguitos, por esa ladera, cortando rositas de la primavera.
En Palencia se recurre al “sacamanos”, un ente que baja por las chimeneas de las casas y se lleva a los niños que no quieren irse a la cama en el momento de dormir. En Asturias aparte de invocar al “ómnibus”, al “papón” … también se atemoriza a los niños con el “cocu”, por desviación fonética local. Las nanas o las canciones de cuna son, quizás, la manifestación mucho más antigua del cariño de una madre por su hijo. Grabadores y pintores de diferentes temporadas plasmaron el estereotipo del ciego cantor con sus coplas al costado para ser vendidas o con su lazarillo apuntando a un gran cartelón donde se resumían en seis o nueve viñetas los momentos mucho más significativos del artículo. Todo el que que gozó del exitación de escuchar el arrullo de su madre, su abuela, su tía, su nana, e inclusive su hermana y su padre, no podría denegar exactamente el mismo placer a su hijo.
Se puede utilizar para arrullar al niño Dios. La escritora moderna Isabel Escudero creó una nana donde se detalla precisamente que es lo que las nodrizas quieren de los pequeños respecto al coco. El asusta–niños de Honduras, entre otros, es el “coyote”, como dicen en una nana donde la madre se expone una vez más protectora del infante y le advierte que debe estarse quietito a fin de que el coyote no le oiga desplazarse, sabedora de que de esa forma va a llegar más pronto el sueño. Pero una nana muy popular en lengua inglesa habla de caída profunda, como en un abismo, propio de los sueños infantiles, que indudablemente debe provocar cierto miedo en la cabeza de los críos. El término “coco” sostiene el concepto de redondez en la canción de cuna francesa. Son las nanas, una de las muestras mucho más bellas de la poesía tradicional y habitual, aunque, como veremos, varios autores han dedicado sus mejores expresiones a las Canciones de Cuna.
V. Cabral recopila una nana con asustador propio, pero el tema, que viene de la metrópolis, e inclusive las palabras se repiten en múltiples sones. De todos y cada uno de los asustadores, quizás el principal y mucho más popularizado en nuestra cultura sea el “coco”. Una de esas figuras a las que recurre la arrulladora para conseguir el objetivo de las nanas que es dormir al niño. Hemos localizado 2 cancioncillas, que poseen dicho ente represor en Puerto de Santa Cruz (Cáceres), ciudad situada a mitad de sendero entre Trujillo y Miajadas, junto a la autovía Nacional V; aunque por su popularidad bien podrían ser de cualquiera otra población extremeña e incluso hispana. El contenido de ambas es similar, como tenemos la posibilidad de revisar. Las nanas, como hemos visto, son un género que se alimenta de la propia vida, de sus alegrías y avatares.
Horacio (lib. I, epist. 1) las denomina “cantarcillos de los muchachos”. Persius Flaccus, poeta eligiaco, también acredita su vida en el siglo I de nuestra era. Magnus Ausonius, poeta y preceptor de Graciano, aconsejaba a Sexto Petronio en el siglo IV que acostumbrase a sus hijos a oír las canciones de sus amas, entre aquéllas que estaban las propias de cuna. San Jerónimo las considera “niñería o cosa de poca importancia”. Quintiliano asegura que Crisipo inventó cantos para amamantar a los tipos (Caro, II, partido popular. 247 y ss.) .
Se establece una dualidad entre el cariño (“mi niño”) y la amenaza (“que viene el coco”), entre el amor maternal y el miedo, entre la verdad y la fantasía, polaridad que continúa en el hombre como la vida misma. Al paso que en el segundo poema la arrulladora se muestra mucho más insistente, mucho más severa, más tajante (“duérmete ya”). Las exhortaciones se repiten, la afectividad recogida en el posesivo “mi” se pierde. Se trata, no obstante, de una tradición en vías de extinción, según las más recientes investigaciones. A esta circunstancia se suma el hecho contundente de la incorporación de la mujer al mercado laboral, lo que propició que ya no suela encargarse de tiempo completo en la crianza de los hijos; su participación en la economía del hogar fué delegando el precaución y la salud de los pequeños al campo de la medicina pediátrica (Vázquez 2013, 15-16).
Tal vez, una vez que fuí madre, las nanas que siga escribiendo adopten otros matices; pero todas han surgido del cariño y el amor hacia los niños y hacia sus padres. En las nanas se han incluido varios de los amedrentadores al unísono que se establece la activa de atemorizar/espantar o de tensión/liberación. No obstante, ni las intimidaciones ni la conminaciones del adulto tienden a ser contundentes a pesar del tono imperativo que predomina en muchas de las canciones de cuna. Sin embargo, la medrana ante ocasiones extrañas o peligrosas hasta determinado punto es habitual, ya que fortalece los vínculos maternos o con la gente mayores y disminuye el peligro infantil.
Hemos ofrecido algunos ejemplos de nanas, la mayoría de ellas de autor popular, con el objetivo de enseñar algunos de los temas y puntos que tratan, si bien hay muchos más. He incluido nanas caseras, por decirlo de esta manera, las dedicadas a mis familiares y amigos para tratar de señalar que la nana es una composición que no muestra barreras y que con más o menos acierto, cualquier madre o abuela o tía o persona que se deje inspirar por la inocencia de un niño puede llegar a escribir, con más o menos acierto, como es natural. Muchas nanas son una especie de medites de las mamás quienes exponen sus quimeras, sus dudas y sus deseos de que a su hijo todo le vaya mejor en la vida. Son nanas que llevan una carga de esperanza, si bien en ocasiones también de dudas. Mañanitas al Niño Dios Ánónimo A la madrugada nació el Niño Dios; como la alborada dio su luz el sol. La mula se ahuyenta con el resplandor, y el buey, con el vaho, excita al Señor.