Ella Era Poesia Y El No Sabia Leer

Entre personas cultivadas, por supuesto, las únicas que, sin dedicarse profesionalmente a ella, se arriesgan a leer poesía. En 1997 publicó en la editorial Torremozas, Pecábamos como ángeles, una selección de su poesía cariñosa en la que nos muestra su vertiente más apasionada y nos deja escuchar de cerca su corazón, que, entre bromas y verdades, tiene la extraña virtud de emocionar siempre. Delmira está considerada entre las iniciadoras de la poesía femenina.

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Las tónica general de su poesía es erótica, habiéndosela comparado a Safo, poetisa griega ( ver más abajo). El cariño carnal, es en su verso, tránsito hacia un más allá de la carne y de sí misma; de ahí que están hechos de visiones oníricas y de gritos de angustia. El planeta de sus poemas es sombrío y atormentado, en el que sopla un viento tempestuoso lleno de lamentos y llamamientos lejanos. Una amiga me comentó cuando no sabía de qué forma ponerse para leer un poema. Según ella, ávida lectora, ese inconveniente no se le planteaba con las novelas, los cuentos, los ensayos.

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Hispanoamericana, no fue feliz con el marido el cuál la asesino siendo muy joven, su poesía tiende a ser muy sensual, siempre y en todo momento he planeado la escribía pensando en ella misma , nunca fue feliz. En ciertos momentos malévolos, pocos pero recurrentes, se me ocurrió que, aunque ellos jamás lo aceptarían de este modo formulado, bastantes de los que insisten en que poesía solo la deben traducir versistas, adoptan una posición no bastante diferente a la de los respetuosos recién nombrados. Es tal y como si de la intimidad con las musas gozaran únicamente unos pocos elegidos. El resto, como los prosistas, harían mejor en sostenerse al margen de tan inefables alturas literarias.

Una triste margarita, que vas deshojando constantemente. Dolores Barea Barrera, Lola, nace en la bella localidad gaditana de Puerto Serrano el 14 de diciembre de 1958, es la menor de ocho hermanos y madre de 2 hijos. Recibir un mail con los próximos comentarios a esta entrada. Son riesgos que todavía no he tenido que correr en el momento en que hago ediciones de poemas.

Fue exprimiendo cada minuto del día y de la noche para sacar tiempo y poder estudiar peluquería. Empieza a ayudar activamente en diversos programas infantiles de TVE, como Un globo, dos globos, tres globos, del que compone hasta la sintonía, y La cometa blanca transformándose de este modo finalmente en la poeta de los niños y es que con los pequeños le gustaba enredar adivinanzas, pareados y juegos de palabras ridículos y ripios. Fue designada por el diario Pueblo como la «figura más popular». Pasados aproximadamente nueve años y ya madre de 2 hijos, volvió nuevamente a su tierra, Andalucía, donde montó su peluquería y trabajó como peluquera hasta su jubilación.

Leer V —

Que alguien me había comentado in illo tempore que para leer los poemas del Sermón de ser y de no ser, de García Calvo, lo mucho más conveniente era caminar. El ritmo, la separación entre poemas y en ellos, te señalaban de manera perfecta cuándo debías levantar la visión para poder ver por dónde ibas mientras que asimilabas lo recién leído. (El que daba el consejo no añadió que para leer de ese modo era necesario seleccionar un espacio relajado, el campo, un parque o así, pues en las calles de una localidad, bajo la tiranía de coches y viandantes apresurados, la atención requerida para defenderse contra ellos impediría cualquier género de lectura).

En 1935 publicó sus primeros versos y dio sus primeros recitales de poesía en Radio La capital de españa y Radio España. En esta época se movía por Madrid con una falda-pantalón y corbata en bicicleta, desde Lavapiés a la Calle Mayor para entregar sus cuentos y poesías en Escuela Española, y adquiría libros a hurtadillas en la cuesta de Moyano. Durante la guerra comienza a trabajar de contable y de secretaria en la factoría de Talleres Metalúrgicos, y entre cuenta y cuenta escribía cuentos y poemas. Aunque sus lecturas de juventud son los poemas de Bécquer, Rubén Darío y Gabriel y Galán, lo que mucho más le influye en el momento de escribir es la llegada de la Guerra Civil. Esta experiencia trágica de la guerra aguzó su sentido de queja.

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Sus Proyectos Completas a las que se añadieron El rosario de Eros y su volumen póstumo Los astros del abismo, fueron publicadas en 1924, expresan, en palabra y también incidente una exacerbación del amor, una sexualidad anhelante, hasta ese instante jamás presente en la poesía de lengua española, y mucho menos en la escrita por mujeres. La naturaleza era y es su gran pasión, pues fue parte de su estudio y eso se aprecia y se siente en su poesía. En aquel tiempo no sabía de qué forma redactar un poema, pero sí sabía lo que podía ir en un poema, por servirnos de un ejemplo, el canto del ruiseñor, la belleza de la mariposa, el perfume de una flor, la danza de la libélula en el aire, el amor de una familia, el sol, la luna, el frescor y rocío de las mañanas, el azul del cielo…, y aquellas mujeres tan trabajadoras. Mas, se hallan además en su obra profundos pensamientos de intuición filosófica, una especie de saber infuso, lo que hizo decir a Vaz Ferreira, cuando publicó su primer libro, que era un milagro, ya que ella no debería poder redactar ciertas cosas ni aun entenderlas.

Al lado de Adelaida Lasantas, María Dolores de Pueblos y Acacia Uceta funda en 1947 el conjunto femenino «Versos con faldas», que se dedica a lo largo de un par de años a prestar lecturas y recitales por cafés y bares de La capital española. Fue un grupo tremendamente activo que organizaba lecturas de poesía y coopera en gacetas como Rumbos, Poesía Española, con Gabino Alejandro Carriedo, o El pájaro de paja, dirigida por Ángel Crespo. Su primer amor fue un obrero que desapareció durante la contienda, el mal de amor pasó rápido y en 1937, regresa a enamorarse de un médico al que metieron en la prisión. Eres luz para la gente y juegas a ser hombre competente.

Como Cangura para todo, que en 1968 fue todo un éxito al conseguir una mención de honor en el Premio Andersen de literatura infantil. Tampoco podemos pasar por prominente que Gloria Fuertes fue una de las voces iniciales de la poesía femenina de posguerra con Carmen Conde y Ángela Figuera, entre otras. Gloria Fuertes nació el 28 de julio de 1917 en el madrileño vecindario de Lavapiés en el seno de una familia humilde. De madre, modista y sirvienta, casi muere en el parto, tal como ella misma refleja en los versos de una de sus «autobiografías». Gracias a la profesión de su padre, bedel, la familia cambió múltiples ocasiones de residencia en Madrid.

Biografía De Gloria Fuertes

La verdadera historia de ese drama no se debe procurarla en los datos externos de su biografía, más allá de que oscuramente la refrendara su trágico final, sino más bien en esa absoluta desnudez de un alma ardida de mujer que distribución su intensa y visionaria poesía. Ya señalaba el asunto meses atrás aquí mismo en una colaboración con el sobado título con aire de catacresis de Lost in Translation. Entonces apuntaba que algunos novelistas habían osado traducir poesía.

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Pero lo que sorprende en Delmira Agustini es la dicotomía mayor que rigió su historia, jamás eficazmente explicada, y la cual descansaba en la doble personalidad que revelan, de un lado,la conducta » irreprochable» y convencional de su casi nula vida pública, y por el otro, la inquietante cerebración erotizada de su poesía. Perteneció a una familia acomodada de progenitores inmigrantes italianos. Su madre, María Murtfeldt, su padre, Santiago Agustini, y su hermano, Antonio Luciano Agustini. Por sus venas corría sangre de etnias diversas, en tanto que uno de sus abuelos era francés, otro era alemán y sus dos abuelas uruguayas. Todos ellos sobreprotegían, casi mimaban, su vocación poética con la que escandalizó a la burguesa sociedad rioplatense. No sabiendo qué responderle, ya que la cuestión nunca se me había planteado de esa forma, y quizá por no quedar mudo —mi amiga frecuenta prestar una aduladora atención a bastante de lo que digo—, logré recordar una cosa que venía más o menos a cuento.