La relación de la Luna con la fertilidad universal se remonta a la mucho más recóndita antigüedad. No es de extrañar que varios dioses y diosas lunares ostentasen entre sus características la aptitud de fecundar los campos y dar la vida a las plantas. Desde la antigüedad se ha creído que el astro asimismo guardaba una predominación directa con las plantas medicinales o mágicas. En la India más ancestral se creía que la Luna era la primera de las hierbas, como recopila Angelo de Gubernatis en La mitología de las plantas . Y para acabar de redondear el círculo, el dios Soma de la mitología hindú encarna a la vez la Luna y la naturaleza vegetal.
Poco después, Tecuciztecatl brincó asimismo a las flamas y se transformó en el segundo. Los dioses se percataron de que 2 soles serían demasiado para el mundo, conque decidieron aventarle un conejo a Tecuciztecatl y de este modo transformarse en la luna. Los demás dioses estuvieron en concordancia de que no podían existir 2 soles en el firmamento, así que decidieron apagar al Segundo, para eso, tomaron un Conejo por las patas y con mucha fuerza lo lanzaron contra el segundo Sol. El brillo de este redujo de forma rápida y tras poco, se convirtió en la Luna.
Leyenda El Sol Y La Luna
Su rival, presa de la envidia, procuró hallar lo mismo volviendo a publicar su persona al fuego, pero al final se transformó en la Luna. Prueba exclusiva de 60 días con ingreso a la mayor biblioteca digital del mundo. Active su periodo de prueba de 30 días gratis para desbloquear las lecturas ilimitadas.
Su período vital claramente selénico coincide con el de las cosechas, transformándose también en símbolo de la semilla que muere para renacer como espiga. Según la tradición, la humedad del astro daba la bebida que se requiere para que las yerbas se alimentaran. De todos modos, le dedica todo el libro noveno con múltiples himnos que ensalzan su poder revitalizador y embriagador. Gray añade una cuarta parte elemento que por norma general no formaba una parte del trío previo para completar la analogía con el ciclo lunar, pertinente a la cuarta etapa, el momento de la ausencia.
El Sacrificio Del Sol Azteca Y Otras Leyendas Solares Ilustradas
Para las viejas etnias, la Luna era promesa y simbolizaba transformación. Pero la relación entre el hombre y la Luna no se ciñó a los pensamientos más trascendentales. Su observación influyó en aspectos rutinarios y se establecieron otros paralelismos unidos a sus fases, varios de los cuales se transformaron en mitos.
La veneración al sol y sus fundaciones míticas siempre fueron una constante de todas las culturas.
Pero sea cual sea la fase elegida, el vínculo sigue inmutable y hasta algunas etnias llegaron a creer que la propia Luna menstruaba. La sangre no dejaba de ser un fluido como el agua o la humedad, dos puntos que también se le vincularon. Esta cadencia sirvió para ofrecer ansiadas respuestas a enormes cuestiones existenciales que carecían de explicación. Los humanos identificaron su vida con la de la Luna, puesto que asimismo nacían, alcanzaban la plenitud y se debilitaban hasta fallecer.
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Nuestro último relato versa sobre entre las historias más preciosas de la mitología vasca. Según relatan los lugareños, hace miles de años los primeros pobladores de nuestro mundo moraban en él en la mucho más absoluta oscuridad. Carecían de Sol y de Luna y su vida se hallaba conminada por extrañas criaturas malévolas a las que, gracias a la falta de luz, nunca acertaban a vislumbrar. En la leyenda de las tribus inuit —originarias de las ubicaciones árticas de Alaska, Groenlandia y Canadá—, el sol y la luna son hermanos. Acorde a una versión de la historia de historia legendaria, en una acalorada discusión entre los dos, Malina, diosa del sol, escapó hacia el cielo.
Muchas etnias viejas encajan con esta correlación, como es la situacion de los iroqueses de Norteamérica. Los maoríes, en el siglo XIX, según recogió el etnógrafo Elsdon Best, aún consideraban que “la Luna es el marido perpetuo, el genuino marido, de todas y cada una la mujeres, por el hecho de que las mujeres menstrúan cuando la Luna hace aparición”. Otras, en cambio, sitúan el sangrado con la luna menguante o incluso con la luna llena.
Tratando de llevar a cabo un retrato de las etnias antiguas, la agencia de diseño NeoMam realizó una sucesión de ilustraciones para una campaña sobre leyendas fundacionales sobre el nacimiento del sol, míralas abajo. Los mitos y leyendas han cumplido una función más profunda que únicamente argumentar los fenómenos naturales. En las narraciones se dilucida una visión sobre el planeta.
Una representación directa sobre de qué forma se vivía la relación entre los individuos, su entorno y la posición que llenan en el planeta. Las variadas funcionalidades que podían tener como culto religioso, tradición oral o redactada, siempre y en todo momento fueron bien reconocidas. En verdad, en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato (México) es típico ver a los hombres y a las mujeres disfrazados de soles y lunas, con la intención de encontrarse y unir sus corazones. Las teorías sobre días, lunas, plantaciones y recolecciones perduraron a lo largo de los siglos.
Al aceptar, usted admite la política de privacidad actualizada. En búsqueda de contenerlos Di Jun procuró un arquero humano para batallar a sus hijos. Al darle un arco y 10 flechas mágicas, el arquero fue a la montaña más alta y empezó a disparar hacia los soles, matándolos a nueve de ellos y convirtiéndolos en pájaros en el momento en que tocaban una flecha. En el final, no pudo matar al último sol porque su hijo había robado una flecha de su vaina, dejando vivo al sol que poseemos todos y cada uno de los días.
Historia De Historia Legendaria Del Sol Y La Luna
Platón definió este período de 28 días como el “eterno retorno”. La Luna sigue marcando el ritmo de la humanidad a pesar de los milenios transcurridos. Allí continúa, como el primero de los días que el primer humano alzó la visión al firmamento nocturno y la vio relucir ante sus ojos. En cambio, para todas y cada una estas civilizaciones, el influjo de la Luna sobre la vegetación asimismo existía, si bien era mucho más sutil. Para algunas de estas culturas, la Luna era la causante del rocío y del frescor de la noche, según cuenta Pierre Saintyves en L’astrologie populaire.