Todo lo uno a tu Corazón lleno de amor, y de este modo lo ofrezco al Padre Eterno, y le solicito, en tu Nombre y por el cariño que te tiene, lo acepte benignamente. Santa María, Madre nuestra, confiamos en tu Inmaculado Corazón que nos alcances gracias para perseverar en la fe, animarnos por la esperanza y vivir la caridad, como satisfacción por todos nuestros pecados y para la salvación de todo el mundo. Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre en tu beato sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de el día de hoy, en reparación de nuestros pecados y a fin de que venga a nosotros tu Reino. Señor, tu amor se ve claramente en el sacrificio de tu cruz. No nos escondiste nada en el momento en que derramaste tu clemencia hasta la última gota en la Cruz. Ayúdame a ver y entender este enorme secreto de amor sacrificial.
Señor mío Jesucristo, me acerco a tu altar lleno de miedo por mis pecados, pero asimismo lleno de confianza, porque estoy seguro de tu clemencia. Tengo conciencia de que mis pecados son bastantes y de que no he conocido controlar mi corazón y mi lengua. Por eso, Señor de amabilidad y de poder, con miserias y miedos me acerco a ti, fuente de clemencia y de perdón; vengo a refugiarme en ti, que has dado la vida por salvarme, antes de que llegues como juez a pedirme cuentas.
En el momento en que una mujer tenga dolores de parto y leyera o hiciese leer esta oración o la llevara encima será rápidamente libre y va a ser tierna madre. Y cuando el niño haya nacido le pondrá esta oración al lado derecho y será conservado de todo mal. Adoro para siempre la Santa Cruz de Jesús, Jesús Nazareno crucificado, tened piedad de mí y haced que el mal espíritu se vaya de mí para siempre, por todos y cada uno de los siglos. Apartad de mí todo el riesgo de la desaparición, Santa Cruz de Jesús. Poned en mi toda clase de bienes, Santa Cruz de Jesús.
Oración De San Patricio
Tú, Padre Eterno, eres la mesa, que nos ofrece la comida del Cordero de tu unigénito Hijo. Él es para nosotros manjar suavísimo, tanto por su doctrina, que nos nutre de su voluntad, como por el Sacramento que nos llega en la sagrada comunión, el cual nos nutre y reconforta mientras somos peregrinos y caminantes en esta vida. Y el Espíritu Santo es, con toda razón, el servidor, porque nos administra esta doctrina, alumbrando con ella los ojos de nuestra sabiduría y también inspirándonos que la prosigamos. Nos enseña asimismo la caridad del prójimo y el hambre del manjar de las almas y de la salud de todo el mundo entero para honra de ti, Padre.
Es muriendo uno a sí mismo como se nace a la vida eterna. Donde existe la ofensa, que nosotros pongamos el perdón. Esta oración, atribuida a San Francisco de Agarráis, fue compuesta por el sacerdote Esther Auguste Bouquerel, y se publicó por primera vez en 1912 en la gaceta francesa La Clochette , boletín mensual de la Liga de la Santa Misa.
Enséñame, Señor, a entender la pequeñez de lo lote, la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad de la futura. Concédeme, Señor, una buena preparación para la desaparición y un santurrón miedo al juicio, para librarme del infierno y obtener tu gloria. Concédeme, Padre lleno de amor, llegar a contemplar al término de esta vida, frente a frente y para siempre, a tu amado Hijo, Jesucristo, a quien voy a recibir el día de hoy, oculto en este sacramento.
Oraciones De San Bernardo
Lléname de gratitud por todo cuanto has hecho y ayúdame a imitar esta entrega total hacia el resto. Oh, sangre y agua, que afloraron del Corazón de Jesús, como fuente de Clemencia para nosotros, confío en Ti. Tras la desaparición de Jesús, uno de los soldados se acercó a Él y recibió la orden de cerciorarse de que se encontraba muerto. Entonces ese soldado atravesó su hermoso cuerpo con una lanza y también instantaneamente brotó sangre y agua de su Corazón herido.
De aquí vemos que las ánimas alumbradas en ti, Luz verídica, no dejan pasar un momento sin que coman este suave manjar para honra tuya. ¡Oh Trinidad Eterna, mi dulce Amor! Tú, suma Fortaleza, fortalécenos.
Oracion De La Noche Sangre Y Agua
¿Qué revelan tu bondad y tu excelencia? El don que has dado al hombre. Todo tú, Dios, Trinidad Eterna…. Tú, suma y eterna Pureza, te has unido con el barro de nuestra humanidad obligado por el fuego de tu caridad. Y con este fuego, tú mismo te has dado para nosotros en manjar. En el fuego de tu caridad y lavando su cara en la sangre de tu Hijo unigénito.
¿Cómo te acercas a tan gran secreto sin esta purificación? Avergüénzate, digna de habitar con las bestias y con los diablos, porque tus obras han sido siempre y en todo momento proyectos de bestias y has seguido la intención del demonio… ¿Qué voy a hacer, ya que? … Me despojaré de mi fétido vestido y con la luz de la muy santa fe me miraré en ti y me vestiré de tu eterna voluntad. Con esta luz voy a conocer que tú, Trinidad Eterna, nos eres mesa, comida y servidor.
Expiraste, Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu clemencia anegó todo el mundo. Oh, Fuente de Vida, insondable misericordia divina, anega el planeta entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota. Dios te salve, María, llena eres de felicidad, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de ti. Del enemigo malo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame proceder a ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. En resumen, para mí es seguro que nunca va a ser demasiado lo que espere de Ti, y que nunca voy a tener menos de lo que hubiere esperado.