Y como salió a alzar, cayósele un manojo de nudos en que rezava, y como la vieron los huéspedes, dieron graçias a Dios. Y el uno de aquellos cavalleros diole entonzes un rosario de cuentas en que rezase, diziéndola que rogase a Dios por él. Y estando en cama enferma tuvo grandes consuelos espirituales y revelaciones enigmáticas, misterios grandes del estado de la Iglesia, de los que están en purgatorio y otros muchos secretos, los cuales Dios le revelaba.
Y fue causa de grande desconsuelo en su convento pues, enferma y tullida en una cama, les era muy provechosa, teniendo libre su lengua y entendimiento con que les daba consejos y documentos muy ventajosos. Llegaron con grande ansia y vertiendo agradables lágrimas las religiosas a besar el bendito cuerpo, y, acercándose, echaron de ver que salía de aquel suave olor y fragancia, y era de suerte que no se le podía comparar cosa de esta vida. Día de la Cruz de mayo nació nuestra madre santa Juana de la Cruz y tomó el hábito y murió; y en este día es práctica en esta santa casa, en finalizando de comer, yr a ofrecer gracias adonde está su santurrón cuerpo, y allí dizen una corona de himnos y antífonas de las letras de su nombre. Y a la tarde cantan las coplas que dizen “Marido, ¿si avéis oýdo quién me robó mi sentido? ”, las quales están escritas al comienzo d’este libro, y leen allí su tránsito, y antes le solían dezir vísperas de virgen enfrente del arco donde está. Para el día de señor Santiago el Mayor an de tener rezados mil ‘Paternostes’ y ‘Avemarías’ con requiem.
Apocalipsis 1:19 Redacta Las Cosas Que Viste, Y Las Que Son, Y Las Que Deben Ser Después De Estas
Trayendo el perlado intención de executar en la sancta virgen la bara de su justicia −lo qual puso en obra, que, ayuntadas las monjas a capítulo donde esta bienabenturada estava, hizo su plática reprehendiéndola muy ásperamente, como si por obra huviera hecho todos y cada uno de los levantamientos que contra ella heran dichos−, e por enseñar que ella tenía culpa y él raçón de reprehenderla, diole una disçiplina en el hombro, sobre la ropa de la cama. Viendo las monjas la reprenhensión que el perlado le dava sin ella mereçerla, y de qué forma se la quitava de abbadessa, lloravan sin poderse sufrir, por lo mucho que la amavan, por la sanctidad que en ella siempre havían visto. Y no deseando ellas dar votos para elegir otra abbadessa, si bien el perlado se los demandava por similar, las maltrató con reprehensión e hirimento de palos, él y los frayles que con él venían, en tanta forma que en varias hizieron sangre y también las caras y cavezas, y también puso por presidente a la religiosa que havía sido causa del perseguimiento e daños [fol. 81r] que contra esta bienabenturada se hizieron, mandando por obediençia a las monjas la obedeçiesen por su presidente. Dezía el Señor, quando hablava por la boca de esta sancta virgen, que quando se diçen y también tratan los misterios de la sancta misa, son tan ynumerables las yndulgençias e perdones que ganan los que con devoçión y limpieza de conçiençia los oyen que no ay en la Tierra sentido humano que los pueda numerar ni deçir, por estar allí presençialmente la Magestad de Dios. ] de los divinos que traen los ángeles para serviçio de Nuestro Señor.
Y todos venían con muchas almas de dentro de sí, de forma que siempre tenían en el hospital de sus caridosos miembros bastamiento de almas, y también por la intención de Dios, y con su poder, siempre y en todo momento venían ánimas, y vinieron a esta sancta virgen hasta en fin de sus días a ser ayudadas por su oraçión y méritos. Quando ella las vía venir, dezíales que tomasen por sitio en que estuviesen los guijarros, donde estavan las otras que antes que ellas havían venido por la intención de Dios. Y aunque en todas y cada una de aquellas piedras estavan muchas ánimas, cada una tenía la pena en sí propia que por sus peccados mereçía, distintas unas de otras. ”Y los ángeles que esto dizen en persona de los sanctos apóstoles coxen las rosas y flores de sus mereçimientos. Y los ángeles que coxen los frutos del árbol de la vida en el tal día llévanlo a las ánimas de Purgatorio que an sido y son devotas de los sanctos apóstoles, y también son muy recreadas y aliviadas sus penas, y consoladas en sus tribulaçiones que allí tienen.
Lección # 1 La Vida Abundante La Vida De Jesucristo
Y ansimismo me a dicho mi sancto ángel e su Divina Magestad contento os las diga, porque en vuestro secreto se lo suplicáys me lo mande mi sancto ángel, que él me lo a dicho. Y a esta causa os he dicho las cosas secretas que me an sido mostradas, o parte dellas, y por la mesma voluntad de Dios diré adelante lo que Él me mostrare y diré la respuesta que me fuere dada en lo que me dixéredes diga y pregunte a mi sancto ángel. E todo esto que el Señor dezía e profetiçava no lo entendían las personas que lo oýan, hasta que después, dende a pocos días, veýan a esta bienabenturada tullirse toda en tanto grado que no le quedaron fuerças ningunas, ni miembro sano, ni coyuntura en su cuerpo que no estuviesen desparçidos los huesos unos de otros, hasta los dedos [fol. 59v] de las manos y también pies, que no se podía encubrir ni sus dolores sin gemidos.
130r] comulgó con admirable devoçión, y se despojó como muy pobre y perfeta religiosa, y demandó la sancta unçión. Y de aý adelante rogava a las religiosas le traxesen los guijarros que por el monasterio hallasen, y ellas con bastante cuydado lo haçían, si bien no savían para qué hera. Y también quando alguno le traýan, mandavan que se le pusiesen en la cama, y teniéndole allí, conoçía si tenía dentro ciertas almas. E las más tenían una y muchas, y las que no tenían ninguna mandávalos sacar de su çelda. Y no contenta ni satisfecha su caridad con los que en el monasterio estavan, suplicó que le hiziesen traer algunas de un río que ella apuntó, del qual truxeron muchos.
Y oyéndola ella, riñola y reprendiola, y amenazándola bastante, porque dezía semejantes cosas, que no hera sino más bien como havía caýdo de la borrica. Y la bienaventurada tornava a dezir, con juramento de ynoçençia, que hera todo verdad lo que havía dicho, y relatava cada algo en la manera que lo havía visto. Y también tornando la prudente agüela a dezille que callase, calló por entonzes. En la cofradía que concedió el Señor para siete religiosas, de las que le cabe la suerte dichosa, a eso que son obligadas es a rezar el día de la Cruz de mayo, la de septiembre y el viernes santo cinquenta ‘Paternostres’ y ‘Avemarías’. Son tan enormes las gracias que se ganan e indulgencias que nuestro santo concedió, que causa admiración oýrlas, y esto a petición de nuestra madre santa Juana de la Cruz.
E allí resçiven, por la voluntad e misericordia de Dios, las ánimas a última yndulgençia e postrimer jubileo, por los mereçimientos de la sagrada Passión de Nuestro Señor Jesuchristo, en cuya reverençia andan estas sanctas estaçiones. Y dende allí las llevan los sanctos ángeles al Çielo, con muy grandes cánticos e alegres fiestas, a gozar e poseer la gloria perdurable para siempre. Las ánimas que están en aquellos sanctos hospitales resçiviendo misericordia y recreaçión de sus penas por algunos días o tiempo, según el Señor ordena, tórnanlas a Purgatorio, para que acaven de purgar e pagar sus peccados junto a los sanctos edifiçios de los misterios de Jerusalem y en los hospitales de la misericordia.
Antes, estando un Viernes de la Cruz dentro de su celda elevada en contemplación, levantados los brazos en forma de cruz, tornando en sí fuese al coro al paso que se decía la Sancta Pasión. Iba llorando y descalza y no podía caminar, y de esta manera ponía de lado los pies con grave pena. Las religiosas, viéndola de esta manera, fueron a ella y preguntándola qué había, respondió que le dolían bastante los pies. Miráronlos y viéronselos señalados y lo mismo las manos de las señales del Señor, no llagas abiertas ni que manasen sangre, sino unas señales redondas del tamaño de un real y muy coloradas. Las monjas preguntaron la ocasión desto; y díjoles ser no otra sino, estando contemplando en la Pasión de Jesucristo, le pareció verle puesto en la cruz y que se juntaba a ella y que la dejó con estas señales.
Y en cada un misterio de los que ellos contemplan resçiven ynumerables gozos acçidentales, por el hecho de que todas y cada una de las bien- [fol. 72v] abenturanzas juntas que se tienen la posibilidad de pensar y también dessear están en Dios, y en su sancta cruz, y también sagrada muerte y también Passión. E de allí manan, como de viva fuente, todos los grados de gloria y también çelestiales consolaçiones que su Divina Magestad da a sus criaturas çelestiales e terrenales. 51r] Viniendo en romería mucha gente al monasterio en que la sancta virgen Juana de la Cruz estava, que hera Sancta María de la Cruz, entre la dicha gente venían 2 personas, marido y muger, y también traýan una su hija, pequeña de teta. Y ellos y otra gente que allí se juntaron hizieron en la niña muchas espiriençias, e ninguna cosa aprovecharon, que así se estava finada. Y también sus padres, con otras personas, llegaron al locutorio, que a la saçón estava allí esta bienabenturada, y también rogáronle, muy afetuosamente, quisiera mandar meter por el torno aquella pequeña.