Trabajó por la reforma del pueblo | y extirpó la idolatría abominable. Con enorme inspiración vio el fin de los tiempos, | y consoló a los afligidos de Sión. En tiempo de Isaías el sol reculó, | y se extendió la vida del rey.
Todo lo que viene de la tierra, a la tierra regresa, | todo cuanto viene del agua, en el mar desemboca. El objeto de sus reflexiones, la ansiedad de su corazón | es la espera angustiosa del día de la muerte. Y ahora de todo corazón y a plena voz cantad himnos | y bendecid el nombre del Señor».
Oración A Todos Y Cada Uno De Los Beatos
Corazón obstinado se conlleva fatigas, | y el pecador acumula pecado tras pecado. Si no tienes pupilas, te va a faltar la luz; | si careces de ciencia, no la proclames. En la tribulación el Señor se acordará de ti, | como el hielo frente al calor de esta forma se diluirán tus pecados. No te gloríes en la deshonra de tu padre, | ya que su deshonra no es para ti fundamento de gloria.
Yo, pecador, me consagro todo a Ti, y en tus manos coloco mi voluntad, mis aprecios, mis deseos, y todo lo que soy y puedo. Todo lo uno a tu Corazón lleno de amor, y de este modo lo ofrezco al Padre Eterno, y le solicito, en tu Nombre y por el cariño que te tiene, lo admita benignamente. ¡Que abominen de la tiranía ejercida sobre las almas, como execran el bandidaje que quita por la fuerza el fruto del trabajo y la industria pacífica! Evidencias históricas de la fascinación son mencionadas por el enorme médico persa Avicena (980–1037), quien confirmaba que el mal de ojo procedía del alma del sujeto.
Como incienso derramad buen fragancia, | floreced como el lirio, | exhalad perfume, entonad un cantar, | bendecid al Señor por sus obras. En vida, tendrá renombre entre millares, | y cuando muera, esto le bastará. Las naciones hablarán de su sabiduría, | y la reunión proclamará su alabanza. Mostrará la instrucción recibida | y se gloriará en la ley de la coalición del Señor. En la mitad de los poderosos presta su servicio, | se muestra enfrente de los príncipes; | viaja por tierras extranjeras | y conoce el bien y el mal de los hombres. Conserva los cuentos de los hombres insignes | y penetra en las sutilezas de las parábolas.
Las Glorias, Los Bienes, Las Comodidades, Las Parejas, Las Bodas Y Viajes No Dan La Alegría Es Mentira
Avergüénzate, digna de habitar con las bestias y con los diablos, porque tus obras fueron siempre proyectos de bestias y has seguido la intención del demonio… ¿Qué voy a hacer, pues? … Me despojaré de mi fétido vestido y con la luz de la santísima fe me voy a mirar en ti y me vestiré de tu eterna intención. Con esta luz conoceré que tú, Trinidad Eterna, nos eres mesa, comida y servidor. Tú, Padre Eterno, eres la mesa, que nos ofrece la comida del Cordero de tu unigénito Hijo. Y el Espíritu Beato es, con toda razón, el servidor, por el hecho de que nos administra esta doctrina, iluminando con ella los ojos de nuestra sabiduría y también inspirándonos que la prosigamos. Nos enseña también la caridad del prójimo y el apetito del manjar de las almas y de la salud del mundo entero para honra de ti, Padre.
Si bien solo hubiera uno de dura cerviz, | sería asombroso que quedara impune; | ya que clemencia y también ira están con él; | es poderoso cuando excusa y en el momento en que descarga su furia. En la reunión de los pecadores se prende el fuego, | contra la nación rebelde se inflamó la ira. Ante los hombres está la vida y la desaparición, | y a cada uno se le va a dar lo que prefiera. Lo alimenta con pan de inteligencia | y le da a tomar agua de sabiduría.
Creo en ti, Señor, pero ayúdame a opinar con firmeza; espero en ti, pero ayúdame a aguardar sin desconfianza; te amo, Señor, pero ayúdame a demostrarte que te deseo; estoy arrepentido, pero ayúdame a no regresar a ofenderte. Te adoro, Señor, porque eres mi Creador y te anhelo porque eres mi fin; te alabo, por el hecho de que no te fatigas de hacerme el bien, y me refugio en ti, por el hecho de que eres mi asegurador. Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda. Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, ayúdame a pensar en ti; te ofrezco mis palabras, ayúdame a charlar de ti; te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad; te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por ti. Todo aquello que deseas tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres tú, como tú lo desees y a lo largo de en todo momento que lo quieras.
No te presentes ante el Señor con las manos vacías, | ya que esto es lo que prescriben los mandamientos. Aniquila a su prójimo quien le birla el sustento, | quien no paga el sueldo al jornalero derrama sangre. El pan de la limosna es la vida de los pobres, | quien se lo quita es un criminal. El Altísimo no admite las ofrendas de los impíos, | ni perdona los pecados por la cantidad de sacrificios. La ley ha de cumplirse sin engaño, | y la sabiduría en una boca sincera es perfección.
Vuestra Soy, Para Vos Nací (santa Teresa De Jesús)
Para ser eficiente, el pelo de tejón debía ser regalado por un cazador o robado, mas nunca comprado. Doctrina de ciencia e sabiduría | ha condensado en este libro | Jesús, hijo de Sira, hijo de Eleazar, de Jerusalén, | que de su corazón derramó sabiduría a raudales. Entonces él bajaba y elevaba las manos | sobre toda la asamblea de los hijos de Israel, | para vocalizar con sus labios la bendición del Señor | y tener el honor de invocar su nombre. Dio esplendor a las fiestas, | embelleció las solemnidades perfectamente, | realizando que alabaran el santo nombre del Señor, | llenando de cánticos el santuario desde la aurora.
Oración A San Miguel Arcángel
No des salida al agua, | ni libertad de palabra a la mujer malvada. Acuérdate de tu padre y de tu madre, | en el momento en que te sientes en medio de los grandes, | no sea que te descuides frente ellos | y, comportándote como un necio, | llegues a desear no haber nacido | y a maldecir el día de tu nacimiento. Los necios tienen el corazón en la boca, | los sabios tienen la boca en el corazón. Grave defecto para una persona es la patraña | y está siempre y en todo momento en boca de ignorantes. El sabio se hace amable con sus expresiones, | mientras las lisonjas del necio son inútiles. El miedo del Señor es principio de acogida, | la sabiduría consigue de él el cariño.