El niño debe leer, jugar, colorear, salir al parque o practicar algún deporte. No es bueno para su correcto avance intelectual y físico mantenerse horas y horas delante de un display. Otra medida para motivar a los pequeños es hacer un sistema de recompensas cuando efectúan bien las tareas. Eso sí, los padres siempre tienen que ayudarles caso de que sientan alguna restricción. Tampoco se aconseja realizar comparaciones con otros niños, puesto que cada uno de ellos tiene distintos ritmos.
Cumple normas de prevención de peligros y mecánica postural en actividades de control de esfínteres necesarias para el confort del niño y pequeña y el adulto. Permite a los niños y niñas la utilización de materiales y también implementos de higiene en actividad de control de esfínteres, según nivel de autonomía. Apoya el aseo personal de pequeños y pequeñas menores de seis años, según la edad, necesidad y nivel de autonomía, usando estrategias metodológicas y materiales, teniendo en cuenta reglas de higiene, seguridad, prevención de riesgos y cuidado del medioambiente.
Los progenitores inculcarán a sus hijos estilos de vida saludables y elevados niveles de autonomía personal. Por lo tanto, la relación familia- escuela será fundamental para un avance armónico del niño. Es muy difícil sostener el orden cuando hay niños pequeños en la familia. Una manera muy útil de evitar el descontrol radica en establecer rutinas del día a día con un horario y una planificación para cada actividad, como, por ejemplo, comer, asearse, jugar o reposar. La higiene es un aspecto primordial de los hábitos saludables.
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Ahora puedes personalizar el nombre de un tablero de recortes para almacenar tus recortes. Mediante unas tablas de registro los niños supervisados por el instructor o los progenitores, anotarán los desenlaces a través de pegatinas de colores en tales tablas que servirán para ver la evolución final de los niños. Los castigos y amenazas tienen la posibilidad de funcionar en un corto plazo pero no favorecen de cara al desarrollo de los pequeños. Además amenazar con castigos y luego no realizar la amenaza resta credibilidad y valor a las palabras. Lograr buenos hábitos implica paciencia y perseverancia; si se crea el mal hábito supondrá erradicarlo y resultará fastidioso tanto para los padres, instructor o para el propio niño. Generar seguridad dado que hablamos de una actividad conocida por quien la realiza.
Es importante distinguir entre la franja horaria para jugar y la que se dedica a pasear. Está demostrado que la calidad del sueño afecta al rendimiento escolar. Y sucede que los niños precisan reposar entre 8 y 9 horas por lo menos. Por eso, si queremos asegurar que duermen el suficiente tiempo, debemos calcular a qué hora deben acostarse, teniendo en cuenta cuándo se levantan para ir a la escuela. Los pequeños tienen la posibilidad de interiorizar el deber de compromiso si se sostienen las rutinas diarias. Una correcta rutina debe incluir tiempo para cepillarse los dientes, ducharse y realizar ejercicio, entre otros muchos hábitos saludables.
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A través de los hábitos y prácticas ingresamos al niño en el mundo de la seguridad, los límites y el conocimiento de su ambiente. Es una forma de ofrecerles un ámbito de seguridad sosegada en el que estudiar y ser educado de manera edificante, formando una personalidad segura y consciente. Por ejemplo, se puede dibujar una tabla en la que aparezca lo que va a suceder cada día, incluyendo comidas, juegos, aseo, paseos, hora de reposar, etcétera. En esta también se pueden poner imágenes llamativas en las que aparezcan pequeños muy contentos cumpliendo con las rutinas. Además de esto, antes de proceder a la cama, es importante dedicar un tiempo a ocupaciones más relajantes y agradables para reducir la excitación. Como ideas nuestra médico nos indica “leer un cuento, proporcionarles un masaje o un baño con agua calentita, y que nos cuente lo mucho más divertido del día”.
De esta manera se facilita el aprendizaje desde la niñez. Video animado educativo para pequeños sobre la relevancia de buenos hábitos y aseo personal. Tras terminar una actividad, en el transito entre una y otra actividad, los pequeños necesitan unos segundos de distensión.
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Estos hábitos y prácticas no deben realizarse únicamente en el aula, sino también deben realizarse en el contexto familiar bajo la supervisión de los padres, siendo las pautas muy afines o iguales. Tampoco olvidar el más destacable procedimiento para el recuerdo, la constancia día tras día que dejará a los pequeños a clarificar y ordenar de manera natural, el lapso del día en su mente. Para R. Driekurs ” la rutina diaria es para los pequeños lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. La rutina establecida da una sensación de seguridad, da un sentido de orden del que nace la independencia”. El desarrollo físico en la etapa de los 6 a 12 años es notable, la constitución corporal cambia, la masa muscular aumenta, los huesos se hacen más fuertes y el niño es capaz de efectuar actividades físicas que requieran más fuerza y destreza. Su actividad más enriquecedora es el juego y no se les debe privar de esto.
Se hacen desplazamientos en el sala, se canta y se baila una canción. Pero primordialmente, cuando los pequeños llegan al sala tras el recreo hay que buscar un estado de tranquilidad para que logren trabajar, hay que relajarlos por el hecho de que normalmente llegan excitados. Podemos anticiparnos a lo que va a pasar antes de comenzar con un hábito o rutina, conocer lo que va a perdurar, lo que va a venir después. De esta forma las transiciones costarán menos, ya que los niños comprenderán estos pasos y se van a sentir seguros.
Ser Progenitores
La oportunidad de comprender las diversas actividades a efectuar y el instante para llevarlas a cabo le deja al niño desarrollar una sensación de seguridad que estimula un mejor desarrollo psicológico y emocional. Los niños suelen jugar la mayor parte del tiempo que están despiertos. Es esencial habituarlos a que cuando juegan tras comer, deben llevar a cabo las medidas de higiene respectivas (lavarse las manos y la cara, cepillar los dientes y cambiar el pañal). La creación y el mantenimiento de rutinas ayuda tanto al niño como a los padres. Su implementación permite crear buenos hábitos que harán de la crianza un desarrollo mucho más ordenado y ayudaran al niño a tener un mejor avance psicológico.
Por eso, nuestra pediatra nos sugiere sostener la tranquilidad y eludir los enfados y castigos, “nos encontramos creando un hábito y un refuerzo positivo con el sueño, y solo el hecho de proceder a la habitación a la hora prevista y relajarnos va a ser el primer logro, y el sueño vendrá después”. Los niños se sienten mucho más seguros si saben lo que va a suceder a diario. Esto, por su parte, les da una mayor libertad para examinar el ambiente.
Asimismo potenciarán su autonomía, puesto que si los niños conocen lo que tienen que llevar a cabo ahora, podrían hacerlo por su idea. En ocasiones nuestro ritmo períodico hace que nos saltemos ciertos pasos y que seamos poco constantes en nuestras prácticas diarias, pero se debe procurar sostener el orden y cumplirlos aunque tengamos que agilizarlos. En estas edades es básico respetar los principios del avance cognitivo y socio-afectivo, manteniendo una organización del tiempo lo mas natural posible, sin forzar el ritmo de la actividad y manteniendo ciertas constantes temporales.